A veces, en medio del día a día, entre rutinas y obligaciones, se nos olvida mirar con el corazón. Se nos olvida que quienes nos acompañan en silencio, con cuatro patas y mirada atenta, también sienten, piensan y necesitan ser acompañados.
Hoy dejemos hablar al alma de un perro. Una carta sincera, nacida desde el vínculo, escrita desde la emoción más pura. Porque a veces, solo necesitamos observar con el corazón abierto.
Querido humano...
No sé si entiendes todo lo que siento, pero hoy necesito intentarlo.
No para culparte, sino para que me mires con otros ojos... Con el corazón.
Quiero que sepas que no hago nada con la intención de molestarte. No actuó desde la maldad, por que no la conozco.
Cuando no acudo a la llamada, cuando no dejo de ladrar en casa... No es porque quiera desobedecer, es por que algo me pasa por dentro y así es como me expreso.
A veces, cuando llegas a casa del trabajo, noto tu prisa, vamos de paseo, pero caminamos rápido sin pausa. Yo solo quiero detenerme un momento a olfatear ese árbol, seguir el rastro de ese perrito del barrio para conocerlo... pero tú tiras de la correa, con fuerza y me duele y me alejo un poco más de ti sin querer... Es incomodo e incluso a veces me asusta, no quiero ir en contra de ti, solo intento explorar y seguir mi instinto. Para mi ese paseo es el mejor de día ya veces siento que solo tengo que seguirte aunque no entienda hacia donde ni por qué.
Cuando suena el timbre y ladro con fuerza, no es para molestarte. Es por que me inquieta ese ruido, o por que quiero avisarte de que alguien se acerca. A veces me gritas, me mandas callar... y yo no entiendo qué hice mal. Solo intento protegerte, o entender lo que está pasando.
Hay días en los que te enfadas por que no consigo estar quieto cuando vienen visitas, o por que cojo cosas del suelo en la calle. Pero no lo hago por fastidiar tan solo estoy aprendiendo y me cuesta gestionar mis emociones, al igual que a ti cuando tienes un mal día.
Y cuando te frustras porque ``no hago caso´´, te miro... y siento que no nos entendemos. Me encantaría explicarte que quiero hacerlo bien, que me esfuerzo, que te observa e intento aprender. Solo que a veces no sé lo que me estás pidiendo, o me siento inseguro, o tengo miedo.
Este mundo humano me resulta difícil, pero lo intento cada día, contigo y si me guías desde la calma, si me das tu confianza, entonces aprendo más rápido.
Necesito que me acompañes, solo quiero sentirme a salvo contigo.
Gracias por todos esos momentos en los que te agachas y me hablas con cariño, por cuando esperas pacientemente a que me relaje, esos momentos me hacen sentirme feliz y querido.
Te prometo que si me das ese espacio para ser, sin miedo ni presión, te seguiré allá donde vayas... no porque me lo ordenes, sino por que confió en ti.
Con todo mi corazón perruno,
Tu compañero de cuatro patas.